¿Esperas un hijo y no sabes si puedes hacer deporte? Si el médico no dice lo contrario, una mujer embarazada no tiene porqué dejar de hacer actividad física hasta el parto. Todo lo contrario, mantener un hábito de ejercicio moderado durante todos estos meses puede tener efectos muy positivos, tanto para ti como para el niño. Una de las disciplinas más adecuadas para las mujeres en general y especialmente para las embarazadas es el Pilates.

¿Por qué hacer pilates estando embarazada?

Muchas futuras madres temen que el ejercicio dañe al bebé de alguna forma, pero es importante destacar que si esta actividad es guiada por un fisioterapeuta especializado no tiene que haber ningún problema en su práctica. De hecho, los beneficios de practicar pilates durante el embarazo son numerosos e importantes.

Pasado el primer trimestre – y siempre con la guía de un fisioterapeuta profesional y el consentimiento del ginecólogo -  la práctica del Pilates te ayudará a controlar la respiración y tus movimientos corporales. También trabajarás en las clases el suelo pélvico y tu columna, lo que será especialmente beneficioso en el último trimestre y en el propio parto.

Los ejercicios

Hacer determinados ejercicios durante las clases de Pilates te ayudará a fortalecer tu espalda, especialmente la zona de las lumbares. De esta manera, el peso de tu barriguita será mucho más llevadero. Además, los ejercicios de movilización de columna y reeducación postural te permitirán conocer tu cuerpo y estabilizar la columna vertebral.

Igualmente, el pilates resulta muy positivo para el trabajo del suelo pélvico. Así, la musculatura de la zona se conserva en mejor estado, lo que te ayudará tanto en el parto como en la recuperación posterior.

Finalmente, los ejercicios en fitball te resultarán muy útiles para facilitar que la pelvis se abra y el niño se encaje correctamente.